jueves, 30 de enero de 2014

"Ojalá..."

No debería quejarme, los hay que están bastante peor que yo... Esa es la teoría, pero si incluso los "verticales" envidian lo que no tienen y ven en los demás, como no me va a pasar a mi...

Cada vez que veo a alguien pulsarse pienso "ojalá yo...", cuando veo a compañeros usar las manos con agilidad pienso "ojalá yo...". Para colmo, esto de la lesión medular es del todo incomprensible, con la misma lesión, los hay que manejan bien manos y brazos, incluso los hay que andan... y me da por pensar "ojalá yo..."

Si a mi me da por pensar así, me pongo en la piel de quien esta en una silla manejada con el mentón y me avergüenza la sola idea de quejarme en voz alta.

Aún así, "ojalá yo...





viernes, 17 de enero de 2014

Superando miedos

Una de las cosas que más miedo me ha dado durante este tiempo de rehabilitación es coger la cámara de fotos. Una de mis grandes pasiones, antes incluso que el dibujo. Los que me conocéis lo sabéis.

Son demasiados los impedimentos, el peso de la cámara, la complicación de encenderla, de llevármela hasta la cabeza para mirar por el visor, disparar... no hablemos de mirar y enfocar a la vez, de cambiar velocidades...

Durante estos 6 meses no ha habido un día que no haya pensado en ello, o que no haya visto "una foto" en algún rincón del hospital.

Descubrir que no iba a ser capaz de hacer fotos era algo para lo que no estaba preparada.

Hace tres días decidí que no podía aguantar más, necesitaba saberlo, y buscar la forma de hacerlo.

El primer contacto fue un poco frustrante, por no decir otra cosa, incapaz de hacer nada terminé discutiendo con mi madre, que lo único que pretendía era ayudar...(infinita paciencia la que tienes a veces conmigo, mil gracias mami) Cuando las dos nos calmamos fuimos capaces de encontrar varios "inventitos" con los que con muchísima paciencia he sido capaz de disparar mis primeras fotos, y soy infinitamente feliz, porque aunque ahora me cueste, sé que con práctica seré capaz de mejorar el método, pero al menos he vuelto a coger la cámara.







martes, 14 de enero de 2014

Dos opciones

Cuando te dicen que probablemente en cuestión de dos meses te vas a casa, dos sentimientos encontrados pasan por tu cabeza.

Por un lado, el desencanto al pensar que todo se acabó, que si nos dan el alta es porque ya no ven demasiadas perspectivas de mejora... y eso, es un palo... Pensar que muchas de las expectativas que te habías hecho no se van a cumplir, caer a la realidad una vez más...
Por otro, la ilusión de volver a casa, de estar cerca de la gente a la que quieres, de empezar a vivir de nuevo...

Entonces es cuando tienes que decidir con cual de esos dos sentimientos quieres quedarte, con el desencanto, agacharte, rendirte, llorar y lamentarte de la putada que te ha tocado; o por el contrario, con la ilusión de volver, empezar de cero sin mirar atrás...

Yo opté por la ilusión de volver y he empezado a ver lo positivo. Volver a casa no significa el fin de mi rehabilitación, si no el comienzo de otra. Significa buscarme las mañas para hacer todo lo que me gusta, estar cerca de toda mi gente, terminar proyectos, empezar otros...

Tengo tantas ganas de volver como de aprovechar hasta el último segundo el tiempo que me queda aquí. No voy a dejar de luchar, ni aquí, ni en casa, porque nunca se sabe lo que puede pasar, porque la esperanza no hay que perderla nunca, y porque vivir es un lujo que no quiero desaprovechar.




lunes, 13 de enero de 2014

Vivir

Últimamente he oído muchas veces "eres muy valiente Eva, eres un ejemplo para todos..." Tal vez desde fuera lo parezca, pero yo no creo que sea cuestión de valentía. 
Cuando desperté y me dijeron que no iba a andar nunca más, y que quizás no volvería a mover los brazos, las manos, lo que suponía que no podría volver a dibujar, ni coger la cámara de fotos, ni tocar, ni siquiera sentir sí me tocaban, quise  morir. No entendía como había llegado allí, por qué, qué mierda de karma me había tocado. Sin poder hablar siquiera, ni gritar, enchufada a una máquina durante el resto de mi vida, no quería esa vida... Pedía una y otra vez a todos que acabaran con mi vida, suena duro, pero así era... Poco a poco deje de lamentarme, y comprendí que no iba a cambiar nada por más que llorara...
Han pasado 6 meses, he vuelto a dibujar, respiro, como, y vivo intensamente cada día, no por valentía, si no por el simple impulso de vivir. 
Gracias a todos por creer en mi.